El camino ancho

27 03 2011

Yo sabía que no era capaz de entender el significado que en mi casa se daba a ese topónimo. Cuando mi padre mencionaba el camino ancho, se notaba un orgullo del que yo no lograba captar su origen. Para mí, el camino ancho era un camino de la concentración parcelaria del pueblo de mi padre, con sus cunetas y todo.  Es sabido que entre algunos biólogos la concentración parcelaria y sus caminos no son santos de su devoción.

En cualquier caso, tenía que reconocer que era un camino especial. En el resto de las parcelarias que yo conocía, tras la cuneta empiezaban los cultivos, sin espacio para setos o árboles aislados, refugios para la biodiversidad agraria. En éste, en cambio, tras las cunetas existían unos terrenos incultos, y tras ellos, los sembrados.

Un día mi padre me contó que mi tío-abuelo Eusebio, el último de los ganaderos trashumantes del pueblo, discutía con los labriegos para que respetaran el camino ancho y no lo invadieran con sus cultivos. Entonces comprendí que el camino ancho era en realidad la principal vía pecuaria del pueblo de donde procede mi familia.

Las vías pecuarias son los caminos de trashumancia que unen los lugares tradicionales de pastoreo de la península ibérica para que los pastores y ganaderos puedan llevar el ganado caprino, ovino y bovino a los mejores pastos aprovechando la bonanza del clima: a los puertos o zonas de pastos de montaña en verano o a zonas más llanas y de clima más templado en los inviernos.

Este sistema está muy desarrollado en aquellos lugares que formaron parte de antiguo reino de Castilla, como son las CCAA de Castilla-León, Extremadura, Castilla-La Mancha y Andalucía, si bien también existen en otras CCAA como Navarra, Aragón, Cataluña y Comunidad Valenciana. Desconozco si existe algo similar en Portugal.

Cañadas, cordeles, veredas, descansaderos y contaderos son elementos que forman parte del intrincado sistema de las vías pecuarias.  Jurídicamente, en el estado español, las vías pecuarias son bienes de dominio público cuya titularidad ejercen las Comunidades Autónomas siendo esta protección jurídica la que las hacen únicas en Europa. Dominio público quiere decir que nadie se lo puede apropiar, ni siquiera las Comunidades Autónomas.

La red de vías pecuarias tienen una longitud de 125.000 kilómetros (comparativamente, el ferrocarril tiene 15.000) y ocupan 425.000 hectáreas, aproximadamente el 1% de la superficie del estado español. En el conjunto de Europa más de 4 millones de hectáreas de pastizales y terrenos agrícolas están asociados a la trashumancia.

La trashumancia no es más que la réplica de la migración estacional de los grandes herbívoros salvajes que las comunidades pastoriles hicieron con sus rebaños. Este espectacular fenómeno natural podemos todavía verlo en el parque del Serengueti

Aunque inicialmente las vías pecuarias tenían una finalidad básicamente ganadera, indudablemente eran un elemento vertebrador del territorio, ya que constituían enormes superficies de suelo de utilización pública por las que junto con el ganado, se trasladaban las ideas, dos veces al año, de norte a sur en invierno y de sur a norte en verano.

En la actualidad además de los fines agropecuarios, tienen otras funciones como:

  • Medioambientales

o      Fomento de la biodiversidad, al ser terrenos de aprovechamiento extensivo, en ocasiones insertos en una trama territorial intensiva

o      Conectores ecológicos, constituyendo una “trama verde” que favorece el intercambio genético de las especies de flora y fauna, así como la movilidad territorial de la vida silvestre.

o       Mejora y diversificación del paisaje rural, aportando nuevas texturas y líneas que se adaptan a la topografía del paisaje

  • Públicos

o      Vertebración del territorio, mediante una intrincada red capilar de suelos que pertenecen “al común”.

o      Uso público, permitiendo actividades de esparcimiento  ciudadano compatibles con el resto de funciones de las vías pecuarias, como senderismo, cicloturismo, paseos a caballo…

Llegado a este punto, el lector sospechará que las vías pecuarias sí son santo de devoción de este biólogo y resulta que el “camino ancho” del cual mi padre hablaba con orgullo y yo despreciaba, era una vía pecuaria.

Por eso, el “camino ancho”, dos palabras sencillas y triviales, integra las tres pasiones de mi vida. En primer lugar la familiar y el respeto a mis orígenes. En segundo lugar la profesional, como elemento vertebrador del territorio, desde el punto de vista social y medioambiental, y finalmente mi afición, el viajar en libertad y el turismo itinerante.

Gracias papa, por lo que soy, y gracias tío Eusebio, porque aunque defendías lo tuyo, defendías lo público.


Acciones

Information

Deja un comentario